El Castillo de Dúrcal, también conocido como el Penón de los Moros, es un antiguo castillejo muy probablemente previo a la época nazarí (siglo XIV).
A principios de 1491, el rey Fernando el Católico mandó al Marqués de Villena que, con tres mil caballos y diez mil peones, destruyese todas las fortalezas que se habían alzado en el Valle de Lecrín, por lo que, con mucha probabilidad, sobre esas fechas se destruyó la fortaleza del castillo.
Está inscrito como monumento por el Ministerio de Cultura con el número RI-51-0011714 con fecha 25 de junio de 1985.
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Sólo se conserva la esquina de una torre, dos algibes y varios pasajes de una galería que llega hasta el río, denominados túneles moros. Está situado en un cerro del paraje del Picón (zona de El Castillejo), a 772 metros de altura.
Desde el Peñón se llegaba antiguamente a los Baños de Urquízar a través de unos túneles que comunicaban los dos lugares. También hay que destacar diferentes fragmentos de vasijas halladas en esta zona, de la época nazarí.
El aljibe tiene una planta rectangular de 5 metros de profundidad y 2,5 metros de ancho, con una altura aproximada de 3 metros, aunque por la cantidad de runa que hay en el fondo podría ser de algo más.
En la parte inferior podemos observar que está hecho de mampostería cubierta de estuco y que en algunas zonas deja entrever la característica almagra roja con que se cubrían las paredes de los aljibes. A partir de ahí y hasta la bóveda de cañón podemos observar que lo cubre el aparejo de lascas de piedra colocadas en modo de cuña.
En principio este aljibe estaba en el subsuelo del castillo de forma que no sería apreciable desde el exterior.
El aljibe está unido a una muralla de casi 1 metro y que podría dar a pensar que había un sistema doble de murallas.
El esquinazo que queda en pie probablemente correspondía a una de las torres en la que la estructura está realizada con la técnica del tapial.
La base estaba muy deteriorada debido a la erosión realizada por el aire y que ha llevado a la sujeción de esta de una forma bastante pobre.
Debido a la buena situación geográfica era un lugar desde el cual se podía observar parte de lo que ocurría a la entrada del valle.
Cómo era el Castillo de Dúrcal
Para empezar, lo primero es ver una imagen de la zona. Como se puede observar está en lo alto de una pequeña montaña desde la que se puede apreciar gran parte del Valle de Lecrín, y que tiene una forma muy plana en la parte superior.
Como se puede observar, los caminos de paso definen claramente la forma poligonal de la fortaleza. En la parte superior tenemos un muro que va de un lado al otro, quedando a la derecha de la imagen la torre levantada, una esquina de algo más de 3 metros de altura y que conforma la esquina del muro. Desde este punto se puede ver perfectamente lo que actualmente es Dúrcal, e incluso se puede observar de lejos el Fuerte de Márgena.
En la parte superior central encontramos la entrada al aljibe. este elemento da visión a la parte norte, lo que daría a ver el acceso del Suspiro del Moro.
En la esquina inferior izquierda tenemos lo que era la entrada a los túneles. Este acceso que baja por toda la ladera llega a las Fuentes de Urquizar. Estos túneles subterráneos permitían un acceso directo a tener siempre agua disponible sin necesidad de salir del Castillo.
Otros castillos y torres cercanas
Por la zona existen otros puntos similares y cercanos que generan una red de puntos vigía, ya que se pueden vislumbrar entre ellos. Para empezar tenemos la propia Torre de Marchena, pero también otras construcciones cercanas como el Castillo de Lojuela en Murchas, la Atalaya de Saleres en las Albuñuelas, el Castillo de Restábal en Restábal o la Atalaya de Cónchar en Villamena.