La vivienda, que ha estado deshabitada dos décadas, se ubica en Dúrcal y sus herederas han puesto la desorbitada deuda en manos legales.
Las hijas de un vecino de Dúrcal fallecido hace más de dos décadas aún no caben en su asombro. Cuando recibieron el recibo del agua del tercer trimestre del año pasado de la casa de su difunto padre, debieron seguramente de mirar varias veces la cifra a abonar para creérselo: 9.173,67 euros. Esa cantidad, que dejaba entrever que había habido algún escape o avería en la antigua morada familiar, de no ser pagada en el plazo fijado, se elevaría con el recargo a 9.632,35 euros. Así figuraba en la carta de pago emitida por el Ayuntamiento del municipio.
En el documento constaba que se habían consumido más de 4.600 metros cúbicos de agua. Una barbaridad. Sobre todo teniendo en cuenta que hacía más de 20 años que nadie residía allí. La vivienda había estado vacía e inutilizada hasta que el año pasado las dos hermanas decidieron venderla. Como el viejo inmueble tenía que estar libre de cargas, procedieron a pagar todos los recibos que estuviesen pendientes, entre ellos el último del agua, confiadas en que si el gasto había sido cero la cifra sería nimia. Pero el susto fue supino.
Ante la desorbitada factura, las afectadas instaron rápidamente una revisión de la lectura realizada. Lo hicieron mediante un escrito dirigido al Ayuntamiento de Dúrcal, que les ha respondido hace unos días con un decreto firmado por el propio alcalde. En él, el regidor, Julio Prieto (PSOE), ha acordado reducir a la mitad el recibo, al eliminar la penalización que se aplica cuando se produce un consumo excesivo. Con esa «bonificación» de casi el 50%, ha dejado la deuda en 4.650 euros a pagar a medias entre las dos herederas.
Decreto
IDEAL ha tenido acceso al citado decreto, que está fechado el pasado día 10 de agosto y que recoge lo informado por el técnico que leyó el contador de la vivienda el 16 de octubre de 2020. Este indicó que había habido un consumo de 4.605 metros cúbicos de agua frente a los 6 metros cúbicos de la lectura anterior. «El motivo por el que hay tanto gasto ha podido ser porque desde el año 2008 ese contador no se ha podido ver, ya que está dentro de la vivienda, y esta ha estado deshabitada hasta ahora. También ha podido haber una avería durante este tiempo y no se han dado cuenta los propietarios», indica el decreto.
En el documento se especifica además que si se analiza el histórico de ese abonado «se puede comprobar que desde hace más de 20 años y hasta el segundo trimestre de 2020 la lectura que se ha facturado en cada uno de los trimestres es de cero metros cúbicos». Solamente en los trimestres segundo de 2016, segundo de 2017 y segundo de 2018 se facturaron siete metros cúbicos en cada trimestre como consecuencia de haberse estimado la lectura en los mismos.
En declaraciones a IDEAL, Julio Prieto advierte de que esta familia «en contra de lo que dice la ordenanza municipal del agua», en lugar de tener el contador ubicado en la calle, para fácil acceso del lector, lo tenían dentro de la vivienda. Por eso, desde el año 2008, se le han venido dejando notificaciones conminándoles a ponerse en contacto con el Ayuntamiento, «bien para que fuésemos nosotros a hacer la lectura trimestral, bien para que la hicieran ellos con una plantilla que nosotros le dejamos», especifica el primer edil.
«Han hecho caso omiso y, claro, si no te preocupas por hacer lecturas no te das cuenta de que tienes una avería», agrega, para ensalzar que el Consistorio ya les ha aplicado una bonificación. «Más no podemos hacer».
Pagados
Durante estas dos décadas sin sobresaltos, los recibos se pagaban, según A. G., una de las herederas afectadas, mediante domiciliación bancaria. Ni ella ni su hermana imaginaron nunca que la última factura iba a tener cuatro cifras. «Nos quedamos asombradas. Dijimos, ¿cómo vamos a pagar este dineral de agua si la casa ha estado cerrada y nosotros no hemos estado ahí? Y, además, que pagábamos los recibos, que no es que se hayan acumulado», recalca la mujer. «Yo tengo piscina en el campo y hemos pagado 300 euros o 400 como mucho. Pero esa barbaridad nunca jamás», subraya A. G., que ya ha puesto el asunto en manos de su abogado, Antonio Estella, de Mlegal.
«En primer lugar vamos a intentar hablar con el Ayuntamiento, a ver si somos capaces de encontrar una solución lógica a este disparate», expresa el letrado, que anuncia que judicializarán el caso si la administración no da su brazo a torcer.
El decreto de la Alcaldía puede ser recurrido y, a juicio de Estella, existen argumentos de peso para ello. El primero es que la familia ha estado pagando puntualmente todas las liquidaciones que el ayuntamiento le ha ido pasando, «y les ha imputado los 9.000 euros como si hubieran consumido ese agua en un trimestre, cuando el decreto reconoce que el consumo puede venir de 2008».
Para el abogado, si puede venir de ese año, la reclamación del Ayuntamiento estaría prescrita. «Si esta familia hubiera gastado 9.000 euros en agua, habría inundado el pueblo», añade el jurista, que advierte de que también habrá que ver la antigüedad del contador y si ha podido fallar.
Artículo original en Ideal.