En las manos tenía dos repolicromados en tonalidades violáceas y rosas en los guantes que ocultaban la policromía en tonalidad rojo obispo y encaje realizado en oro a punta de pincel por Torcuato Ruiz del Peral en 1757.
Julio Alcaraz, graduado en el Grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad de Granada y postgraduado en el máster oficial de Arte, Museos y Gestión del Patrimonio Histórico de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, es el autor del presente artículo sobre la intervención llevada a cabo sobre la imagen escultórica de San Blas. Alcaraz expone en estas líneas los estudios, criterios y tratamientos de conservación y restauración a los que ha sido sometida la imagen por parte de la empresa Alcaraz Conservación y Restauración.
San Blas es una escultura de bulto redondo realizada en madera y policromada al temple y óleo. Se trata de una imagen de talla completa en tamaño natural, representada con la indumentaria propia de los obispos del siglo XVIII a excepción de la capa pluvial: alba, roquete, cíngulo, guantes, estola y mitra. No obstante, esta imagen se sobreviste en la actualidad con indumentarias textiles.
Por su fisionomía, volúmenes y restos puntuales de una policromía tardo-plateresca subyacente se conoce que la imagen de San Blas de Dúrcal fue realizada a finales del siglo XVI. Sin embargo, una pequeña tabla descubierta en el interior del soporte lígneo durante los estudios científicos de restauración (Estudio radiográfico y estudio endoscópico) ha aportado la autoría del aspecto actual de la imagen, diciendo lo siguiente: “A 2 de mayo del año de 1757 D. Torcuato Ruiz Peral compuso este Santo”.
Gracias a este hallazgo se ha podido conocer el autor de la intervención que modificó y dio el aspecto actual a San Blas en la segunda mitad del siglo XVIII. Tras los estudios y análisis previos se aportó un diagnóstico del estado de conservación en el que se encontraba la obra escultórica de San Blas bajo el que se decidieron los criterios de actuación a seguir en la restauración por la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Dúrcal, el Departamento de Restauración de la Archidiócesis de Granada y la empresa Alcaraz Conservación y Restauración. Dichos criterios y actuaciones de conservación y restauración, supervisadas durante todos los procesos por el Departamento de Restauración de la Archidiócesis de Granada, se han basado en la restauración científica, dándole principal importancia a uso cultural que procesa la imagen.
Se han escogido los tratamientos menos dañinos para la integridad de la obra, usando para ello materiales reversibles, inocuos y estables siempre de la mejor calidad. Las reintegraciones de soporte y de policromía se han realizado de forma discernible mediante las técnicas, en el caso de la policromía, del rigattino, puntillismo, tinta neutra y técnica invisible, utilizando en cada momento la técnica que mejor se integrase con la obra.
En el caso de los añadidos polícromos se han eliminado todos aquellos que dañaban la integridad de la obra, como los repintes generalizados que se hallaban por la totalidad del roquete ocultando grandes grietas; el repolicromado, diversos repintes y estucos desbordantes que ocultaban la policromía del siglo XVIII y tres grandes grietas en el rostro del santo y a las que se debía de acceder para su correcta consolidación y sellado; los dos repolicromados en tonalidades violáceas y rosas en los guantes que ocultaban la policromía en tonalidad rojo obispo y encaje realizado en oro a punta de pincel del siglo XVIII; o el repolicromado y telas encoladas que ocultaban la policromía y decoración floral a punta de pincel de la mitra. Gracias a la eliminación de todos estos añadidos se ha podido recuperar y conservar la policromía que se hallaba oculta del siglo XVIII.
En cuanto al soporte lígneo, San Blas presentaba grandes daños estructurales ocasionados principalmente por un importante ataque de insectos xilófagos que habían destruido gran parte de la estructura interna de la escultura. Esta alteración unida a las grietas causadas por el movimiento natural de la madera y amputaciones realizadas en intervenciones del pasado, provocaban una gran inestabilidad en la obra. Todos estos deterioros activos afectaban principalmente a la estabilidad y estética junto a la materialidad conservativa de San Blas.
Los daños observados eran principalmente de tipo antrópico debido al intenso uso cultural de la imagen y a bruscas adaptaciones de la madera a cambios extremos entre la humedad relativa y la temperatura.
Las alteraciones de la policromía del siglo XVIII obedecían a intervenciones carentes de criterio y efectuadas por personas sin ninguna formación en materia de conservación y restauración de obras de arte. Debido a todas estas alteraciones, la lectura formal y artística de la obra se había vuelto seriamente afectada ya que había supuesto una pérdida considerable de su aspecto original.
La obra escultórica precisaba de una intervención de restauración con urgencia ya que en el estado en el que se encontraba corría grave riesgo material, así como impedía su correcto estudio y visualización estética. La intervención de San Blas ha cubierto lagunas de conocimiento, ha reforzado la identidad patrimonial de Dúrcal y ha mejorado las condiciones de presentación de la obra.