Así llegó la electricidad al Valle de Lecrín

A principios del siglo XX llegó la electricidad a los pueblos de la comarca siendo Cozvíjar el primero en disfrutarla. Después llegaría la creación de la Sociedad Eléctrica Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín y la construcción de la central de Dúrcal que hoy en día sigue funcionando.

Las fuerzas motrices son un agente natural, como el agua, el vapor o el viento. También las podemos denominar fuentes de energía, las cuales se encuentran y se producen en la naturaleza, por tanto no han sido inventadas, sino descubiertas y será en el siglo XIX cuando empieza su aplicación y aprovechamiento para la industria y uso doméstico. Estas fuerzas de energía están divididas en 10 grupos: El sol, el viento, el calor interior de la Tierra, el hidrógeno, subida y bajada de las mareas, movimiento de las olas, caída del agua, biomasa, uranio y los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo, etc. Estos diez grupos los dividimos a su vez en dos, uno que son las de las renovables o inagotables que son continuas y limpias, y un segundo grupo de no renovables que son limitadas y contaminantes. Hoy día la electricidad, producida por distintas fuentes de energía, es con diferencia la más usada.

La electricidad en el Valle de Lecrín 

Fue entre 1905 y 1910 cuando la electricidad empieza a utilizarse en el valle y se irá extendiendo por toda la zona a lo largo del siglo XX. De los datos conocidos, destacamos algunos como ejemplos tomando como referencia el año 1908: El 9 de febrero se inauguró la fábrica de electricidad de la familia Tusset en Cozvijar que le da luz al pueblo, el 11 de febrero desde esta fábrica se lleva la electricidad a Nigüelas, el 6 de marzo llega a Pinos del Valle y el 24 de abril se inaugura la fábrica “La Sociedad Hidroeléctrica del Valle de Lecrín” que daba luz a los demás pueblos del valle, hoy perdida bajo el pantano.  

Además, existían otros pequeños saltos de agua: en Dúrcal había uno, en la actual granja escuela, era la fábrica de Doña Juana que abastecía de luz al pueblo y que acabó desapareciendo. Otro salto era el molino del antiguo Marqués de Villamena que fue la primera fábrica de luz y servía corriente a Cónchar, Padul y Dúrcal, pero pronto se quedó pequeña y surgió la necesidad de construir otra nueva más potente. En la década de los años 30 se fueron extendiendo líneas eléctricas por todos los pueblos del valle. Las fábricas más grandes de Cozvíjar y Melegís pertenecían a la familia Tusset y hacia 1945 fueron adquiridas por Hidroeléctrica del Chorro, a los dos años pasaron al gabinete de ingeniería Mengemor y en 1951 fueron absorbidas por Sevillana. Aunque en estas fábricas se trabajaba para llevar la electricidad por todo la comarca, encontramos el caso curioso de Acequias. El 17 de febrero de 1925 un joven muere electrocutado al pisar un cable de alta tensión que había caído por el viento y por este hecho el pueblo decidió cortar la electricidad por peligrosa hasta 1961/62, fecha en la que se retoma el proyecto del alumbrado.

La Sociedad Eléctrica Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín

Con la aparición del tranvía que discurría entre Granada y Dúrcal y el cable de Dúrcal a Motril a principios del siglo XX se crea la necesidad de más energía eléctrica, y por esta razón se fundó la Sociedad Eléctrica Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín, con el objetivo de  construir un nuevo salto de agua en Dúrcal. Las obras se iniciaron el 16 de agosto de 1921 y se inauguraron el 9 de diciembre de 1923. Así se conseguía dar servicio al tranvía y al cable. 

El salto de la que en Dúrcal se conoce como La Fábrica de la Luz tiene una altura de 758 metros y está clasificado como uno de los de mayor altura en funcionamiento; el agua procede del río Dúrcal y es controlada por una pequeña presa de 15 metros de longitud por 2,20 metros de altura para que dé un estiaje de 380 litros por segundo, el agua es conducida por un canal de 9580 metros de longitud en parte abierta y en parte cerrada. Los planos y fabricación se realizaron en la oficina del ingeniero A. Boueher de Prilly en Suiza. La tubería va enterrada para eliminar los problemas de las inclemencias del clima.

Esta fábrica sería la cuarta empresa eléctrica de Andalucía y la primera de Granada, con otra central en Dílar que transportaba electricidad hasta Almería. Tras la Guerra Civil la compañía pasó a Hidroeléctricas del Chorro que la unió a la fábrica de Vélez que ya pertenecía a esta compañía y en 1967 sería absorbida por Sevillana, hoy propiedad de Endesa.

En la actualidad, la central hidroeléctrica de Dúrcal sigue funcionando sin apenas cambios desde su creación y proporciona electricidad para unas 1.200 viviendas.

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