Puente de Piedra de Dúrcal


El Puente de Piedra de Dúrcal (también conocido como Puente de Isabel II) es un puente construido a mediados del siglo XIX, cuando se inició la carretera Granada-Motril.

Este puente era una sustitución de los antiguos caminos reales de manera que pudieran pasar carruajes, sustituyendo así el paso por el llamado Puente Antiguo (puente romano).

Se construyó en la zona más estrecha del valle para que así la dificultad fuera menor, quedando en los inicios como un trayecto de tierra y que posteriormente se asfaltaría. La calzada es de 7 metros, sin arcén. Esto fue sobre 1850 cuando el Estado asumes los costes y se trae desde Tarragona al ingeniero de caminos Juan Tuset que planifica el nuevo diseño para la realización del puente.

Plano del Puente de Piedra

El puente mide 104 metros de longitud con siete arcos semicirculares de 8,40 metros de luz y seis pilares de 2,5 metros de anchura, con una altura de los arcos hasta el suelo de 19,5 metros el más alto. Sus cimientos son de 2,40 metros de profundidad. Los arcos sond e sillería de piedra tallada y el resto es de ladrillo o mampostería relleno de piedra de cantera y mezcla.

El terremoto de 1884 afectó a la estructura del puente, sobre todo los pilares del lado Motril y que obligó a su arreglo urgente para que no se acabase derruyendo.

Comenzó siendo el trayecto principal de la N-323, pasando a ser una vía secundaria cuando quedó en desuso habitual al ser sustituido por la N-323a, con un puente pretensado alrededor de 1980.

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